Un informe de la ONU desalienta el uso de agroquímicos en Argentina y pide por la agroecología
Hilal Elver, la relatora especial sobre el Derecho a la Alimentación, aseguró que este modelo alternativo ayuda a proteger los suelos, garantiza productos más saludables y fortalece economías locales.
En un informe sobre la Argentina, la representante del organismo internacional reivindicó la importancia de que en el país se desarrolle la agroecología, un modelo que se opone al uso de agroquímicos, transgénicos y monocultivos.
“Estas prácticas han demostrado ser exitosas en varias partes del mundo, logrando no solo rendimientos impresionantes sino también la promoción de los productores locales y de las prácticas que respetan el medio ambiente. Debería ponerse empeño en promover la agricultura familiar como prioridad. Es la única manera de lograr un equilibrio, única manera de lograr una solución sostenible y justa para el pueblo argentino”, afirmó.
A diferencia del sistema agroindustrial, la agroecología busca respetar los ciclos naturales de los suelos, asegurar las rotaciones de cultivos y preservar la estabilidad de los ecosistemas. Además, se trata de una alternativa que promueve la producción en huertas campesinas, comunitarias o familiares, e impulsa la venta sin intermediarios.
En el trabajo, que será presentado en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la especialista también criticó el uso masivo de agroquímicos en el país. “En el marco de la agricultura industrial a gran escala, es esencial que se tome en cuenta el verdadero costo de los métodos de producción en relación con el suelo y los recursos hídricos, y el impacto de la degradación ambiental sobre generaciones futuras, en lugar de concentrarse únicamente en la rentabilidad y el crecimiento económico a corto plazo”.
Elver es una abogada turca que ocupa el cargo desde 2014 y que en sus observaciones siempre ha alertado la situación agrícola de la Argentina y criticado las políticas implementadas al respecto. Según ella, “lejos de promover modelos más sustentables y responsables con el medio ambiente, el Gobierno Nacional busca promover aún más la agricultura industrial orientada a la exportación, principalmente de soja y maíz”.
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En la actualidad, Argentina es el tercer mayor consumidor de agroquímicos del mundo, detrás de Estados Unidos y Brasil. Además, es el país que más emplea el uso del glifosato, que desde 2015 es considerado “cancerígeno probable” para humanos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año, en el territorio nacional se utilizan unos 240 millones de litros, que son aplicados sobre más de 28 millones de hectáreas cultivadas.
“La exposición a plaguicidas puede tener efectos muy peligrosos para la salud de los seres humanos, en especial para niños y mujeres embarazadas que son más vulnerables. Se aplican indiscriminadamente en la Argentina, sin tener en cuenta la existencia de escuelas o pueblos en las cercanías”, indicó la enviada de la ONU.
La representante de la ONU estuvo presente en Argentina durante diez días, en los que se reunió con funcionarios, con productores agrícolas y recorrió pueblos rurales de todo el país. “Durante las entrevistas con funcionarios de la Secretaría de Agroindustria observé una tendencia a apoyar el modelo agroindustrial y a realizar serios recortes en el apoyo, el personal y el presupuesto del sector de la Agricultura Familiar”.
En su informe, la relatora especial también citó una investigación científica del Espacio Multidisciplinario de Interacción Socioambiental (Emisa), de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), en la que se detectó que 6 de cada 10 frutas y verduras que se comercializan en el país contienen al menos un agroquímico.
“En contraposición, el gobierno debería impulsar la agroecología para logar una diversificación y sostenibilidad, además de usarla como una ayuda para programas de comedores escolares, la protección de los recursos naturales y el manejo del cambio climático”, señaló.
Alerta por los desmontes
Entre las consecuencias del modelo agroindustrial, el trabajo de Elver también cuestionó al gobierno argentino por el incremento de los desmontes (sobre todo en las regiones del NOA y la Pampa Húmeda), la pérdida de bosques nativos y la falta de financiación para protegerlos.
“En la última década se destruyeron más de tres millones de hectáreas de bosques para dar lugar a la producción de granos y ganado. La Argentina se ubica entre los países que perdieron más bosques entre 2010 y 2015”, puntualizó.