Proponen descuentos de hasta el 50% en el ABL para aquellas personas que separen la basura en CABA

Los predios de la CEAMSE están al borde del colapso. Sobre todo el de José León Suárez, que recibe el 87% de la basura de la región metropolitana y que ya se empezó a usar su último sector disponible. Allí se depositan a diario 18.500 toneladas de residuos, de los cuales la Ciudad de Buenos Aires produce 6.700. Para combatir esta problemática, la Defensoría del Pueblo porteña presentó ante la Legislatura un proyecto de ley para premiar a los vecinos que separen los residuos en sus hogares con descuentos de hasta el 50% en el Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL).

«El proyecto busca que por cada kilo de residuos que se separe en el hogar para su reciclaje uno tenga un descuento proporcional en el valor del ABL. Así, no solo generamos un impacto a nivel medioambiental; también logramos un impacto en el estilo de vida de cada vecino», explicó Arturo Pozzali, defensor del Pueblo Adjunto de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde el Gobierno porteño prometieron duplicar la capacidad de reciclado para 2019 y llegar a 800 toneladas diarias (hoy está en 100 toneladas) de material recuperado. Sin embargo, las iniciativas siguen sin dar sus frutos y las estadísticas no acompañan. La meta de reducir un 75% la basura en 2017, por ejemplo, apenas llegó al 26%. Mientras tanto, en las casas, la generación de residuos continúa sin miras de decrecer, ya sea por la falta de concientización ambiental, de recursos o el desconocimiento sobre cómo separar la basura.

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«Muy por el contrario de lo que propone la Ley de Basura Cero, venimos aumentando su producción. Cada porteño pasó de generar 1,3 kilos por día en 1995 a 1,5 kilos en 2018«, alertó el defensor adjunto. Esto se traduce en que en los últimos 20 años se pasó a producir de 1.400.000 toneladas anuales en 1998 a 250 mil toneladas en 2018.

Desde la Defensoría del Pueblo creen que la ciudadanía podría comprometerse más a través de beneficios económicos. «Si no integramos a los vecinos y a sus acciones en una lógica de la que no solo se sientan parte sino también protagonistas, no hay demasiado futuro«, precisó Pozzali.

Esta iniciativa se suma a otras dos que también apuntan a obtener beneficios impositivos cuando se trate de acciones destinadas a minimizar la generación de residuos. Una de ellas, que se debate en la Comisión de Medio Ambiente, propone una reducción del ABL a aquellos que hagan compost (tierra hecha a base de desechos orgánicos) con los residuos húmedos (provenientes de la comida fundamentalmente). La otra, que ya fue puesta en marcha por el Gobierno porteño, propone no cobrarles el ABL a los que vivan en la cuadra más limpia de la ciudad.

Según detalló Pozzali, la reducción impositiva será de carácter nominal: «El monto correspondiente que se reduzca del ABL en ningún caso podrá ser inferior al 5% ni superior al 50% del total del impuesto». La implementación de la iniciativa quedará a cargo del Poder Ejecutivo y el valor del kilo de basura separada que se le pagará a los vecinos se estipulará cuando salga la ley y su valor se irá ajustando anualmente con la inflación. Ese valor no podrá ser inferior a $2 por kilo.

«De acuerdo al ABL que pague el vecino, va a necesitar más o menos kilos para llegar al descuento. No es lo mismo el impuesto que paga una persona sola que vive en un monoambiente y la cantidad de basura que puede separar, que lo que paga una familia tipo que reside en un tres ambientes», agregó.

Una vez que la persona separe la basura y la entregue –ya sea a los recolectores urbanos o en los centros de reciclaje– recibirá un comprobante de canje que servirá para hacer efectivo la reducción impositiva prevista por el programa. Luego, los comprobantes del canje serán válidos por un mes, desde su fecha de emisión, para ser cargados en una plataforma virtual. En caso de no realizarse la carga, durante el tiempo fijado al efecto, se perderá el derecho a percibir la reducción impositiva.

Si tenemos en cuenta que el 38% de los desechos son reciclables, según el Estudio de Calidad de los Residuos Sólidos Urbanos del CEAMSE en conjunto con la Facultad de Ingeniería de la UBA, encarar un cambio cultural es sumamente necesario para alcanzar el objetivo que fijó el Ejecutivo porteño para 2020: prohibir la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables.

En ese sentido, este proyecto propone que el Gobierno deje de percibir una porción de lo recaudado por el ABL como inversión para lograr estos objetivos. Al respecto, vale resaltar que la recaudación anual promedio de los últimos diez años alcanza los $4.352.900.644,02. Esta cifra representa apenas un 7,85% del presupuesto total de la Ciudad de Buenos Aires.

«Si todas las viviendas de la ciudad reciclaran los kg equivalentes al 50% de su ABL de residuos al mes, significaría una inversión del 4,92% del presupuesto total; lo que nominalmente serían, respecto del promedio recaudado en los últimos 10 años, $2.176.450.322,01», concluyó Pozzali.

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La iniciativa de la Defensoría del Pueblo se produce en un contexto en donde el Gobierno porteño presiona por el regreso de la incineración de la basura, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desalienta este tipo de prácticas por sus impactos en la contaminación del aire. A raíz de las críticas de ambientalistas, recicladores, políticos opositores, investigadores y vecinos, el plan de incinerar los residuos como alternativa a su entierro en rellenos sanitarios (aprobado en marzo de 2018 por la Legislatura) hoy se encuentra en suspenso por disposición de la Justicia.

Fuentes:

  • Foro Ambiental
  • Infobae
  • Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires