Nuevo récord de CO2 en la atmósfera

La concentración en la atmósfera de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero más nocivos, ha llegado a su punto más alto. Así lo dio a conocer la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que afirmó que hoy el mundo se encuentra atravesando un «aumento peligroso de la temperatura global».

 

El año pasado, según esta agencia dependiente de la ONU, la concentración atmosférica de CO2 alcanzó las 403,3 partes por millón (ppm), superando de nuevo la barrera de los 400, que se rebasó por primera vez en 2015, año en el que se firmó el Acuerdo de París, pacto internacional que –precisamente– busca reducir los gases de efecto invernadero para evitar un catastrófico crecimiento de las temperaturas.

En la actualidad, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera representa el 145% de los niveles preindustriales (antes de 1750). El observatorio de Mauna Loa, en Hawai, es la estación de seguimiento directo de la concentración de CO2 más antigua y funciona ininterrumpidamente desde los años sesenta.

“Las concentraciones de dióxido de carbono anteriores a esa fecha se calculan a través de estimaciones, como el CO2 retenido en el hielo”, sostuvo Emilio Cuevas-Agulló, director del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, dependiente de AEMET y una de las referencias que toma la OMM para sus boletines.

Aunque el informe resaltó que las emisiones se estancaron durante 2016 (y cita como fuente los informes del Global Carbon Project, que dirige el científico español Pep Canadell), la agencia de la ONU explicó que esto no ha hecho que deje de aumentar la concentración de CO2 en la atmósfera.

Esto se debe, según Cuevas-Agulló, a que no existe una relación totalmente lineal y directa entre emisiones y concentración, ya que hay «muchos procesos en la atmósfera» que influyen. Por ejemplo, la OMM apunta en su boletín a que en la concentración detectada en 2016 ha influido, además de las emisiones de la actividad humana, el fenómeno meteorológico de El Niño.

Pese a que no se puede establecer esa relación lineal y anual, cuando se levanta el foco y se observan los datos de las últimas décadas sí se descubre una tendencia clara: hay un aumento de las emisiones de CO2 que expulsa el hombre al quemar combustibles fósiles que se relaciona con la mayor concentración de este gas en la atmósfera y que lleva al incremento de la temperatura media del planeta.

«El constante aumento en las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera durante el período de observación, a partir de 1970 y hasta la actualidad, es consistente con el observado aumento de las temperaturas globales promedio en el mismo período», remarcó la OMM.

Fuente: Foro Ambiental