Nuevo Parque Nacional Traslasierra: de vieja estancia ganadera a área protegida
Está ubicado al noroeste de Córdoba y cuenta con más de 100 mil hectáreas. Se protegerá tanto la biodiversidad como el patrimonio histórico.
Pinas dejó de ser la estancia más grande la región y se convirtió en el Parque Nacional Traslasierra. El Senado sancionó la ley que protege las 105.000 hectáreas en el departamento Minas, ubicado al noroeste cordobés, cerca del límite con La Rioja. De esta manera, se resguardarán más de 220 especies de aves, 35 de mamíferos y 30 de reptiles, además del pecarí chaqueño o chancho quimilero, que están en peligro de extinción a nivel global.
Las tierras, que integraban la herencia del político y empresario cordobés Feliciano Manubens Calvet desde hace 37 años, fueron expropiadas por el Gobierno cordobés y cedidas a la Nación por pedido de Aves Argentinas, que lleva un siglo de trabajo para proteger las aves silvestres y se encargó de financiar la transacción.
Juan María Raggio, presidente de la organización, remarcó la relevancia de la iniciativa, tanto desde el punto de vista de la biodiversidad como desde la historia.
«Hay que destacar que se aprobó por unanimidad por los legisladores cordobeses. De los diputados y senadores nacionales. Nos pusimos el proyecto a la espalda con el apoyo de los más diversos sectores y empujamos el parque con donantes extranjeros. Es una experiencia inédita», explicó.
La estancia Pinas, que cuenta con ruinas de un oratorio jesuítico y una escuela, es valorada por haber pertenecido a Lisandro de la Torre, quien vivió allí entre 1926 y 1930. Décadas después, cuando pasó a manos de Manubens Calvet, llegó a contar con 23.000 animales y 50 kilómetros de vías de ferrocarril propias, convirtiéndose en el latifundio más grande de América latina.
En la actualidad, la zona es parte del Gran Chaco Americano, considerada la ecorregión boscosa más grande del continente luego del Amazonas y la más grande de América del Sur en lo referido a bosques secos. Además del pecarí chaqueño, viven allí las últimas poblaciones de guanacos de Córdoba, osos meleros, lampalaguas y matacos bola.
Al convertirse en parque nacional –el segundo de esta provincia, que ya cuenta con el de la Quebrada del Condorito y, en breve, sumaría el de Ansenuza– se protegerá tanto la biodiversidad como el patrimonio histórico, ya que en el predio también hay vestigios de la cultura comechingona.
Entre las aves que viven en los montes de algarrobos, quebrachos, breas, cardones y chañares, se cuentan algunas en peligro, como el águila coronada, el loro hablador, el carpintero negro y el cardenal amarillo.
El proyecto de creación del Parque Traslasierra tomó fuerza hace un año, cuando Córdoba y la Administración de Parques Nacionales firmaron un convenio de cooperación y se constituyó una comisión mixta y un comité asesor con representantes de distintas entidades como Aves Argentinas, Yaku Sumaq y la Universidad Austral.
Debido a que la ex estancia se encuentra en una zona con poca agua, la producción agropecuaria se limitó a ganadería de baja intensidad (pocas cabezas por hectárea), lo que terminó contribuyendo, de manera indirecta, a la conservación.
La ubicación, por otra parte, es clave desde el punto de vista de la conservación de la naturaleza ya que conformará el Corredor Biogeográfico del Chaco Árido junto con el parque provincial Chancaní (5.000 hectáreas) y la reserva de uso múltiple Salinas Grandes (196.000 hectáreas).
EL nuevo parque nacional también tendrá un rol protagónico en el corredor de conservación y turismo del Norte de Córdoba, junto con el futuro parque nacional Ansenuza y el de la Quebrada del Condorito, un área protegida ya posicionada y reconocida por los ecoturistas.
Fuente: Foro Ambiental