Marcha atrás: Chubut confirma de manera oficial que prohíbe el glifosato

Que sí, que no, que sí. Luego de una gran incertidumbre, Chubut promulgó el proyecto de ley para dejar de usar, comercializar y producir glifosato en todo su territorio. La medida, que se confirma tras el intento del gobierno provincial de vetarla, representa una victoria del sector ambientalista y convierte a la provincia en la primera de la Patagonia que logra prohibir el herbicida.

Según el texto de la iniciativa, que fue llevada adelante por el diputado José Grazzini con el apoyo del resto de los bloques políticos opositores, Chubut ya no se podrá  “importar, introducir, tener con fines de comercialización, fabricar, fraccionar, distribuir, transportar, comercializar y aplicar el herbicida glifosato en todas sus variantes, así como productos que tengan como base o principio activo al glifosato”. Además, la nueva norma impone multas a los infractores.

La prohibición del glifosato en la provincia fue ratificada por el gobernador Mariano Arcioni, quien firmó la promulgación de la ley, que antes había sido aprobada de manera unánime por la Legislatura de Chubut. La decisión generó sorpresa ya que el propio mandatario y su equipo en un principio se habían pronunciado en contra de la iniciativa y, de hecho, habían anunciado que la vetaría.  

«Nos sorprendió porque había adelantado que iba a vetar la ley pero se ve que los ambientalistas le marcaron la cancha y para no quedar mal con ellos la promulgó a pocos días de las elecciones y bienvenido sea», reconoció Grazzini, con respecto a la posición del gobernador.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, que depende de la OMS, afirma que hay pruebas de que el glifosato puede causar linfoma no Hodgkin, dañar el ADN y alterar cromosomas. A esos estudios se suman los nacionales, como los de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, que sostienen que en Argentina una de cada cinco personas muere de cáncer en las zonas rurales del país expuestas a los herbicidas.

Además de estos estudios internacionales, el diputado Grazzini añadió que “hay estudios médicos en la provincia que indican que presuntamente hay malformaciones debido a la utilización de agrotóxicos. La prohibición del glifosato en toda la provincia es un paso fundamental”.

Nuestro país es el mayor consumidor del mundo de glifosato, herbicida diseñado para matar malezas y todo un emblema del sistema agroindustrial. Hasta 1996, cuando fue autorizado el ingreso de la soja transgénica durante la segunda presidencia de Carlos Menem, se utilizaban en promedio 3 kilos de glifosato por hectárea. Hoy, en cambio, se emplean 12.

En los últimos años, diversos municipios de todo el país han decidido impulsar ordenanzas o discutir proyectos para prohibir el herbicida. En el caso de Chubut, las localidades de Epuyén, Lago Puelo y Cholila también han avanzado en esa dirección y hoy cuentan con normas que impiden tanto la aplicación como el acopio y la comercialización del herbicida dentro del ejido urbano.

«Esta ley provincial impulsa la promoción de medidas alternativas para el control de malezas y plagas, en armonía con el ambiente, la salud humana y los derechos de la naturaleza», concluyó el legislador.

El glifosato cada vez más apuntado

Hace poco Bayer recibió un nuevo revés al ser condenado a pagar u$s2.055 millones por un jurado de California que sostuvo que Monsanto, firma que fue comprada por la compañía alemana a mitades del año pasado, es la causante que una pareja de estadounidenses contrajeran cáncer por el uso del herbicida Roundup, productor elaborado a base de glifosato.

Fue el tercer fallo consecutivo desfavorable para Bayer por parte de un jurado estadounidense en litigios vinculados a la sustancia química. Son los primeros de las más de 13.000 demandas que le esperan a la mayor agroquímica del mundo en Estados Unidos. Tras la última sentencia, las acciones incluso llegaron a caer 12 por ciento. De acuerdo a la consultora británica Jeffries LLC, los juicios pendientes podrían representar pérdidas por 680.000 millones de dólares.

Fuentes:

– Télam

– Foro Ambiental