Los residuos plásticos no dan tregua
El plástico avanza y el medio ambiente cada vez está más expuesto a sus impactos. Los datos son escalofriantes. La mitad del que se produjo desde mitades del siglo XX, momento histórico en el que entró en auge e irrumpieron con fuerza en la vida cotidiana, corresponde a los últimos 13 años. Además, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la actualidad se generan 300 millones de toneladas (40 kilos por persona) de residuos plásticos cada año.
La concientización social sobre este drama histórico y mundial ha ido creciendo en los últimos años y se han activado diversas campañas para enfrentarlo. Sin embargo, aún estamos lejos de cambiar el panorama. En junio pasado, un estudio de National Geographic alertó que hoy tenemos que lidiar con 8.300 millones de toneladas de este plástico fabricado desde los años 50. De ellas, más de 6.300 millones se han convertido en residuos. Y de esos residuos, 5.700 millones de toneladas no han pasado nunca por un contenedor de reciclaje, una cifra que dejó atónitos a los científicos que la calcularon en 2017.

La producción mundial plástica ha registrado un aumento exponencial. De las 2,1 millones de toneladas en 1950 pasó a 147 millones en 1993 y a 407 millones en 2015. Un ejemplo de este fenómeno está representado por las botellas de plástico. Cada minuto se compran en el mundo 1 millón de estas, lo que equivale a 20.000 por segundo. Según la encuestadora Euromonitor, en 2016 se vendieron 480.000 millones de botellas, de las cuáles 110.000 las fabricó la empresa de gaseosas más famosa del mundo. Sólo el 7% de éstas se convierte en nuevas botellas.
La predilección de las grandes empresas (y las no tanto) por el plásticos son más que conocidas: múltiples aplicaciones debido a su durabilidad, estabilidad y bajo costo, entre otras razones. Pero estos aparentes beneficios significan una enorme consecuencia sobre el medio ambiente. El plástico libera una variedad de sustancias químicas durante su degradación, proceso que puede tarde desde 150 a 1000 años, lo que expone a un impacto negativo a organismos y distintos ecosistemas del mundo.
Uno de los flagelos más importantes ha sido el aumento de residuos en océanos. Los científicos estiman que 8 millones de toneladas de plásticos llegan cada año, por lo que si no se deja de arrojar residuos, en 2050 el océano tendrá más plástico que peces. «La vida marina se enfrenta a un daño irreparable por las millones de toneladas de desechos plásticos que terminan en los océanos cada año«, advirtieron los investigadores de la ONU.
Son más contaminantes de lo que creíamos
Un nuevo estudio dado a conocer por PLOS ONE, la revista científica de Public Library of Science, expuso un descubrimiento inesperado de la producción universal de gases de efecto invernadero metano y etileno por los plásticos más comunes cuando se exponen a la luz solar. Según precisan los científicos se estudiaron distintos materiales plásticos como policarbonato, acrílico, polipropileno, tereftalato de polietileno, poliestireno, polietileno de alta densidad y polietileno de baja densidad (LDPE), materiales utilizados para almacenar alimentos, textiles, materiales de construcción y diversos artículos de plástico.
El polietileno, utilizado en bolsas de compras, es el polímero sintético más producido y desechado a nivel mundial y se encontró que es el emisor más prolífico de ambos gases. El equipo descubrió que la tasa de emisión de los gases de los gránulos vírgenes de LDPE aumentó durante un experimento de 212 días y que los restos de LDPE que se encuentran en el océano también emiten gases de efecto invernadero cuando se exponen a la luz solar. Una vez iniciada por la radiación solar, la emisión de estos gases continuó en la oscuridad.
«Atribuimos la mayor emisión de gases de efecto invernadero con el tiempo desde los gránulos vírgenes a la fotodegradación del plástico, así como la formación de una capa superficial marcada con fracturas, microfisuras y fosas«, explicó en un comunicado la autora principal, Sarah-Jeanne Royer, del Centro de Oceanografía Microbiana de la Universidad de Hawai en Manoa.
Con el tiempo, de acuerdo a la investigadora, estos defectos aumentan el área de superficie disponible para una mayor degradación fotoquímica y, por lo tanto, contribuyen a una aceleración de la tasa de producción de gas. También halló que las partículas más pequeñas, denominadas «microplásticos«, eventualmente se producen en el medio ambiente y pueden acelerar aún más la producción de gas.
«El plástico representa una fuente relevante de gases traza (gases que sólo aparecen en cantidades muy pequeñas) que se espera que aumenten a medida que se produce y acumula más plástico en el ambiente. Esta fuente aún no está presupuestada para evaluar los ciclos globales de metano y etileno, y puede ser significativa«, indicó el profesor David Karl, otro de los investigadores principales del estudio.
Según explican los científicos desde hace 40 años, los gases de efecto invernadero influyen directamente en el cambio climático, afectando el nivel del mar, las temperaturas globales, la salud del ecosistema en la tierra y en el océano, y las tormentas, que aumentan las inundaciones, la sequía y la erosión. Para Royer, «teniendo en cuenta la cantidad de plástico que se deposita en nuestras costas y la cantidad de plástico expuesto a las condiciones ambientales, el hallazgo proporciona más evidencia de que tenemos que detener la producción de plástico en la fuente, especialmente el plástico de un solo uso«.
Fuentes:
- ONU