Los microplásticos también están presentes en la sal que consumimos
No solo los pescados que comemos en nuestras casas o restaurantes vienen con pequeñas partículas de plásticos en su interior, sino que también la sal marina. Así lo afirma un estudio liderado por tres investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante (España).
De acuerdo a los autores del trabajo, que fue publicado en la revista Scientific Reports, todas las sales producidas en costas españolas contienen distintas concentraciones de plástico. La presencia va de 60 a 280 micropartículas por kilo de sal, en su mayoría tereftalato de polietileno (PET, el 83,3 % del total), polipropileno (PP, el 6,7 %) y polietileno (PE, el 3,3 %).
El estudio liderado en Alicante por María Íñiguez, Juan Conesa y Andrés Fullana defiende que las micropartículas de plásticos se quedan atrapadas en los cristales de sal y representan un ejemplo más de una “contaminación muy profunda de los océanos”.
Los análisis se llevaron a cabo entre septiembre de 2016 y junio de este año en las costas de Galicia, Huelva y Cádiz (ubicadas en el Atlántico); Barcelona, Gerona, Valencia, Murcia y Menorca (en el Mediterráneo); y La Palma y Lanzarote (en Canarias). Según los investigadores, se hicieron por triplicado para evitar errores, y en algunos casos antes y después del empaquetado para descartar que ese proceso añadiera el plástico.
El trabajo estima que, si se respeta la ingesta máxima de sal que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son 5 gramos diarios como máximo, cada español come al año una cantidad aproximada de 510 micropartículas.
Aunque los investigadores consideran que ese porcentaje no es alto, debido a que en otros alimentos marinos se han detectado concentraciones mucho mayores (un solo mejillón, apuntan, puede tener hasta 178 microfibras de plástico), remarcan que los plásticos tardan siglos en degradarse de forma natural por lo que pueden absorber otro tipo de contaminantes existentes en el medio ambiente y transferirlos a la cadena alimenticia.
De esta manera, el estudio del equipo de la Universidad de Alicante se contrarresta contra el que a principios de año realizaron diferentes universidades de Malasia, que tomaron muestras en varios países de todo el mundo y llegaron a la conclusión de que la presencia de microplásticos en las sales marinas de consumo era pequeña y casi testimonial.
La diferencia en los resultados de ambos trabajos, según trascendió, se debe a que los malayos utilizaron filtros que solo les permitían retener partículas de tamaño mayor a 150 micras, mientras que los españoles lo hicieron con uno de tamaño mucho menor, razón por la que llegaron a encontrar partículas de hasta de 30 micras.
Un problema urgente
La contaminación de los océanos y mares es uno de los problemas más complejos que hay en el mundo. De acuerdo al Programa para el Medio Ambiente de la ONU, actualmente hay un promedio de 13.000 piezas de plástico flotante por cada kilómetro cuadrado de océano, pero esta cifra se incrementa hasta un millón de trozos en los remolinos. La situación se debe a que las corrientes marinas arrastran los plásticos creando gigantescos conglomerados de residuos flotantes.
La “isla de residuos” más conocida es la llamada «Gran mancha de basura del Pacífico». Ubicada entre Hawái y California (al occidente de Estados Unidos), esta gran “mancha” hecha de desechos fue descubierta en 2010 y, según Greenpeace, es más grande que todo el condado de Texas. Es decir, más de dos veces el diámetro de la provincia de Buenos Aires.
“Los océanos hoy están amenazados como nunca antes», llegó a decir en una conferencia el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien además aseguró que –si no se hace nada al respecto– podrían tener más plásticos que peces para el año 2050.
La advertencia de la ONU se basa en un reporte de 2016 del Foro Económico Mundial sobre «La nueva economía del plástico», en el que se señala que hay más de 150 millones de toneladas de plástico en los océanos. De seguir esta tendencia, se «prevé que las aguas oceánicas contendrán una tonelada de plástico por cada tres toneladas de peces en 2025, y que para 2050, presentarán más plástico que peces (medidos en peso)».
Para Peter Thomson, diplomático de Fiji y presidente de la Asamblea General, “hemos soltado una plaga de plástico a los océanos que está contaminando la naturaleza de muchas maneras trágicas. Es inexcusable que la humanidad vierta al océano cada minuto de cada día el equivalente a un camión grande de basura cargado de plástico».
Fuente: EFE / Foro Ambiental