La deforestación sigue arrasando en el mundo

A dos años de haberse firmado el Acuerdo de París, Global Forest Watch presentó un informe en el que señala que las pérdidas de bosques registradas entre 2015 y 2016 equivalen a la totalidad de la superficie de España

Entre 2015 y 2016, se han perdido 493.717 kilómetros cuadrados de bosque a nivel mundial. La cifra, que equivale a la totalidad de la superficie que ocupa España o cuatro veces Inglaterra, fue revelada por la organización Global Forest Watch (GFW) a partir de estudios satelitales.

El documento se presentó a dos años de que la mayoría de naciones del mundo firmaran el Acuerdo de París para combatir el cambio climático, que incluye compromisos específicos para «conservar y mejorar» los bosques del mundo a fin de combatir el aumento de las temperaturas. A pesar de que en un principio se llegó a especular con una breve desaceleración, la deforestación continúa a paso firme. En la actualidad, representa alrededor del 15% de las emisiones de carbono globales anuales, de acuerdo a la GFW.

«Los bosques son fundamentalmente difíciles de proteger, están en fronteras remotas o en países con un gobierno débil», afirmó Liz Goldman, investigadora asociada a la organización, y agregó que la creciente pérdida de bosques «no significa que las promesas de deforestación no tengan un impacto, muchos de estos acuerdos aún se encuentran en una etapa inicial».

La principal causa de la deforestación está asociada con los incendios (intencionales o no) y los desmontes clandestinos. También las grandes extensiones de tierra destinadas a la actividad agropecuaria y el incremento de emprendimientos inmobiliarios son otros de los grandes responsables.

El estudio reveló que en 2015 el mundo perdió suficientes árboles para cubrir 198,295 kilómetros cuadrados, un área aproximada al tamaño de Uganda. Los datos más impactantes de ese año provienen de la isla de Nueva Guinea, que se considera el tercer bloque más grande de selva tropical intacta en el planeta, después de la Amazonía y el Congo. La deforestación en la isla saltó un asombroso 70% en 2015, amenazando a las miles de especies de la isla que no se encuentran en ningún otro lugar, como las aves del paraíso y los canguros arborícolas, y sus habitantes locales que han vivido estrechamente vinculados a los bosques a su alrededor durante milenios.

La mitad de Nueva Guinea pertenece a Indonesia, y la otra mitad es su propio país, Papua Nueva Guinea. Sin importar a qué entidad política pertenecieran, ambas mitades se vieron seriamente deforestadas ese año gracias a que 48 empresas de aceite de palma tienen permiso en Papúa e Indonesia, algunas de 45.000 hectáreas, según Greenpeace Indonesia.

En 2016, a su vez, la pérdida de árboles aumentó un 51% a nivel mundial desde el año anterior, lo que provocó un total de 297.000 kilómetros cuadrados deforestados. El informe dice que el principal causante de esta pérdida fue el fuego.

“En los bosques templados, el fuego es a menudo una parte natural del ciclo de vida del ecosistema e incluso puede generar la renovación de los bosques. Pero el fuego no tiene cabida en los bosques tropicales, donde casi siempre es causado por humanos que intentan despejar la tierra para plantar. Hay una creciente evidencia científica de que el cambio climático está calentando nuestros bosques”, dijo Goldman, de GFW.

Los bosques más secos y más calientes son más propensos al fuego y más difíciles de extinguir. No es coincidencia que el 2016 no solo haya sido un gran año de incendios, sino también el año más cálido registrado. Basta ver los incontrolables “infiernos” decembrinos en California que ya arrasaron con 10.000 hectáreas de bosque.

Otro ejemplo es el de Colombia. La deforestación también se disparó ese año, cuando el país perdió 178.597 hectáreas de bosque. Como le dijo en ese entonces Omar Franco, director del IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales colombiano), el 95 % de la tala de bosque se concentra en tan sólo 30 municipios y el 60,2 % corresponde a la región del Amazonas.

Global Forest Watch es una iniciativa internacional que nació en 1997 bajo el auspicio del Instituto de Recursos Mundiales y con socios fundadores como Google, la NASA y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Con la ayuda de imágenes satelitales y herramientas geoespaciales, se encarga de ofrece datos abiertos a personas de todo el mundo y de asesorar a gobiernos sobre políticas para mitigar la pérdida de bosques.

Fuente: Foro Ambiental