La Ciudad de Buenos Aires se suma a la prohibición de los sorbetes plásticos
Como parte de la campaña mundial para reducir el uso de los plásticos descartables, el gobierno porteño anunció que prohibirá los sorbetes en la Ciudad de Buenos Aires. Eso sí, la medida será progresiva: desde ahora ya no se podrá ofrecer ni colocar este artículo a la vista de los clientes, mientras que en seis meses quedará completamente vedada su entrega o comercialización.
Los plásticos de un solo uso son los más perjudiciales para el medio ambiente por su poca vida útil, la falta de reciclaje y el tiempo que demandan en descomponerse, algo que oscila los 500 años en promedio. Según los informes oficiales, dos millones de sorbetes son consumidos al mes solo en patios de comidas de shoppings situados en los distintos barrios porteños. El descarte de estas bombillas equivale a 1,7 toneladas de plástico.
La norma abarca a hoteles de cuatro y cinco estrellas, shoppings, galerías y centros comerciales a cielo abierto, locales que posean una concurrencia de más de 300 personas por evento y establecimientos pertenecientes cadenas comerciales (más de cinco sedes identificadas bajo una misma marca comercial, sin distinción de su condición individual de sucursal o franquicia).
También quedarán prohibidos los sorbetes en los locales de baile y comercios donde se sirven y/o expenden golosinas, comidas y/o bebidas; comercios que elaboran y/o expenden productos alimenticios de venta inmediata, comercios que expenden y/o fraccionan productos alimenticios, comercios donde se sirven o expenden comidas y locales para la venta de golosinas envasadas.
La resolución, en cambio, no abarca aquellos envases de jugos y leches que vienen acompañados por pequeños sorbetes. No fueron incluidos, explicaron fuentes oficiales, porque son productos elaborados para todo el país y la Ciudad no puede interferir en la regulación de ese circuito.
En enero de 2017, la Ciudad de Buenos Aires prohibió la entrega gratuita o la venta en línea de cajas de bolsas plásticas livianas tipo camiseta para hipermercados, supermercados y autoservicios de alimentos y bebidas.
Antecedentes
La resolución de la Ciudad de Buenos Aires llega en un momento donde cada vez más ciudades se ven comprometidas a tomar medidas contra los productos plásticos de un solo uso. En Argentina, el partido de Pinamar fue pionero en tomar una medida similar que implementó esta última temporada de verano. Los turistas debieron acostumbrarse a no recibir más sorbetes y vasos descartables.
Un empresario de Ostende y presidente voluntario de Big Human Wave, la fundación argentina que lucha por el cuidado de las playas, Gastón Caminata, fue uno de los impulsores de la idea desde la plataforma Change.org. Durante una experiencia personal, juntó más de 500 sorbetes en solo 100 metros de playa en Pinamar.
Luego se sumó el municipio de General Pueyrredón. Un mes atrás, el intendente local, Carlos Fernando Arroyo, firmó un decreto en el que prohíbe el uso de los sorbetes y cualquier otro tipo de vajilla o cubierto fabricado con material no reciclable a lo largo de la costa del distrito, incluida la ciudad cabecera, Mar del Plata. Por su parte, Villa Gesell, Mar Chiquita y Ushuaia también agregaron reglamentaciones en el mismo sentido restrictivo.
Por una ley nacional
Actualmente, una adolescente de 15 años es quien, bajo la reflexión «yo elijo prohibir los sorbetes plásticos, y vos ¿qué elegís?», acopia firmas también desde Change.org para que se apruebe una ley nacional que prohíba el uso y la comercialización de este tipo de sorbetes. Un reclamo similar se lleva adelante en la plataforma Hagamos Eco, creada por la organización Greenpeace para que los interesados generen peticiones sobre cuidado ambiental y ecología.
En el mundo, grandes ciudades como Nueva York, Río de Janeiro o Vancouver también terminaron con el uso de estos elementos.
Para Sergio Hilbrecht, gerente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP), a la que están asociadas unas 60 pequeñas y medianas empresas distribuidas en todo el país que fabrican envases de plástico de un solo uso, la solución no es prohibir. «La Ciudad debería contar con un buen plan de gestión de residuos sólidos urbanos posconsumo y educar. Estos artículos podrían ser transformados en otros productos de mayor vida útil», dijo.
Campañas solidarias
La lucha contra los plásticos ha sido de las que más impacto ha tenido en las redes sociales. Mediante la campaña #mejorsinsorbete, distintos bares y compañías empezaron a difundir el mensaje para reemplazar los tradicionales artículos por alternativas más amigables. Aunque parecen insignificantes, los sorbetes son un gran problema para el medio ambiente: suelen usarse unos pocos minutos y pueden tardar hasta más de medio siglo en degradarse.
El objetivo principal es reducir el uso de plástico descartable, que, entre otros efectos, contamina de manera considerable los grandes cauces de agua; alrededor de ocho millones de toneladas de residuos plásticos terminan en el océano cada año. Los sorbetes son el cuarto contaminante más común que afecta las costas y el agua. Al desintegrarse, se generan partículas conocidas como microplásticos, que son ingeridas por la fauna acuática, que bioacumulan y magnifican estos materiales en la cadena alimentaria.
De acuerdo con el último censo de basura costera realizado en 2018 por la Fundación Vida Silvestre y otras organizaciones ambientales, el 82% de los residuos no orgánicos encontrados en las playas argentinas correspondió a residuos plásticos. Los detectados fueron bolsas plásticas, colillas de cigarrillos, restos plásticos, restos de nylon, tapitas y botellas plásticas, entre otros. El relevamiento fue realizado en 813.554 metros cuadrados de playa en 16 localidades de la costa bonaerense, entre las que figuran Bahía Blanca, Claromecó, Mar del Plata, Necochea, Punta Lara, San Clemente, Santa Teresita y Villa Gesell.
Fuentes:
– La Nación
– Foro Ambiental