Greta Thunberg da un paso adelante en París: “Si no escuchan a los jóvenes, escuchen a los científicos”

Cada vez más personas piden acciones concretas para frenear el cambio climático y la clase política está al tanto de ello. Y en ese cambio, mucho ha tenido que ver en el último tiempo la figura de Greta Thunberg. La activista sueca de 16 años expuso en la Asamblea Nacional de París, donde profundizó su discurso sobre la necesidad de que las autoridades mundiales tomen medidas urgentes y garanticen un futuro ambiental estable.

Algunos han decidido no venir aquí hoy, algunos han decidido no escucharnos. No pasa nada. Ustedes no están obligados a escucharnos, al fin y al cabo, no somos más que jóvenes. Pero ustedes sí tienen el deber de escuchar a la ciencia. Es todo lo que pedimos: que se unan tras la ciencia”, replicó.

La puesta en escena de Thunberg se vio enmarcada en medio de una gran controversia. Varios diputados, en su mayoría de derecha y extrema derecha, la tildaron despectivamente deprofeta en pantalones cortos” y “gurú apocalíptico”, además de llamar a boicotear su presencia. También, la llegada de la estudiante se dio en medio de una oleada de calor que aquejó a la capital francesa, una paradoja de que los efectos del calentamiento global son una realidad más presente que nunca.

De aquí a 2030, si no hacemos nada, no podremos revertir el cambio climático”, advirtió ante los casi 200 diputados que acudieron a escucharla y apoyarla en el último informe del grupo de expertos intergubernamentales sobre la evolución del clima de la ONU, el Giec.

Para evitar que el aumento en la temperatura del planeta supere 1,5 grados centígrados respecto a la era preindustrial, será necesario reducir las emisiones globales de dióxido de carbono en un 45% para 2030, según afirmó el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en su informe de octubre del año pasado. Incluso, cada vez más científicos afirman que «el mundo no puede ser sanado en pocos años, pero podría estar fatalmente herido de negligencia en 2020«.

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Mientras Thunberg hablaba, toda Francia sudaba. El país sufre su segunda oleada de calor en pocas semanas, tras haber registrado en junio el récord absoluto jamás registrado: 46 grados en el sur del país. París se apresta a batir también en los próximos días su propio récord con temperaturas de hasta 41 grados. El último récord, recuerda la Agencia France Presse, data de 1947, cuando los termómetros capitalinos marcaron 40,4°C.

La sequía es ya una preocupación nacional y sectores como el vinícola se preparan para el golpe que se avecina, con una caída de la producción de entre 6 y 13% respecto al año pasado, según estimaciones oficiales. En numerosas ciudades del país se han dispuesto salas “de refresco”, se ha limitado la circulación y se han decretado medidas dirigidas sobre todo a los mayores, la población más vulnerable en estos momentos, con vistas a evitar un episodio como el de la oleada de calor de 2003, que dejó 15.200 muertos en Francia.

Desde la Asamblea Nacional, Greta Thunberg tomaba sorbos de agua de una botella de aluminio reciclable –también ha venido a Francia en tren para contaminar menos– mientras seguía reclamando que los responsables políticos y sociales actúen de una vez y lo hagan de verdad, no solo como “bellas campañas de relaciones públicas”. “La emergencia climática es hoy y es ahora, y no acaba más que comenzar, y solo va a empeorar”, insistió.

Con la juventud como movimiento y la ciencia como firmamento, el discurso de Thunberg ha traspaso fronteras. Tras manifestarse a mitades del 2018 ante el Parlamento, en Estocolmo, y denunciar que los adultos no toman en serio el cambio climático, la chica sueca lideró dos paros mundiales que convocaron a millones de personas a marchar en distintas ciudades para exigir medidas urgentes e impulsó todos los viernes huelgas estudiantiles por el mundo, lo que se conoce como “Friday for Future”.

Gracias a su influencia, organizaciones formadas en su mayoría por estudiantes y movimientos socioambientales lograron que recientemente Argentina se convierta en el primer país de América Latina en declarar la emergencia climática y ecológica. Se consiguió luego de que el Senado diera lugar a un proyecto presentado por la Jóvenes por el Clima Argentina y Alianza por el Clima, quienes reclaman acciones inmediatas para combatir el cambio climático y garantizar una buena calidad de vida en el futuro.

Fuentes:

  • Foro Ambiental
  • El País