Córdoba, una provincia con una historia marcada por los incendios
En menos de 20 años, los focos arrasaron una superficie equivalente a 12 ciudades de la provincia. Los actuales incendios son los peores desde 2013. La principal causa es la actividad humana.
En lo que van del año, las llamas Córdoba ya arrasaron más de 60 mil hectáreas. Y desde hace 10 días consecutivos que diversos focos azotan, sobre todo, a las localidades del norte entre zonas serranas y el llano. Estas cifras también marcan que la provincia se enfrenta a una de las peores temporadas de incendios desde 2013, año en el cual 106.206 hectáreas fueron consumidas por el fuego causando enormes impactos ambientales y económicos.
En las últimas horas, más de 300 bomberos y rescatistas continuaban trabajando contrarreloj y combatiendo sin descanso tres grandes focos de incendios activos registrados en los alrededores de Alta Gracia, la región oeste de La Cumbre y Alpa Corral, al sur de la provincia. Anteriormente, el fuego pasó por las localidades de El Carrizal, Las Escobas, Copacabana, Charbonier y Capilla del Monte, como también parte del cerro Pan Azúcar hasta avanzar hacia Villa Carlos Paz, Unquillo y Villa Giardino.
La recuperación total de las superficies quemadas lleva al menos 30 años.
En los últimos 20 años, en la provincia de Córdoba se quemaron más de 770.000 hectáreas, una superficie equivalente a 12 ciudades cordobesas. El dato surge de un relevamiento de las zonas serranas realizado por investigadores del Instituto Gulich (Universidad Nacional de Córdoba y Conae) a partir de imágenes satelitales. Entre 1999 y 2017, el fuego dañó unas 700.000 hectáreas, mientras que el resto serían las afectadas desde entonces según Juan Argañaraz, uno de los autores del trabajo.
Para llevar adelante el estudio, se superpusieron imágenes satelitales con un registro cartográfico de los incendios para detectar las zonas quemadas y las que no. El año de más incendios fue el 2003, con un total de 364 que perjudicaron 102.992 hectáreas. Sin embargo, no superó la cantidad de hectáreas quemadas que los de 2013. En el lapso analizado, además, las Sierras Chicas fueron las más golpeadas. Su área quemada representa el 38% de su extensión total con un total de 5358 incendios.
En cuanto a las causas, los especialistas destacan las mismas palabras claves: la actividad humana. “La mayoría de los incendios tiene un origen antrópico: la actividad humana es el principal desencadenante de estos eventos. Desde quemas para renovar la pastura, encendido de materiales para reducir el volumen de los desechos en basurales a cielo abierto, hasta la provocación para desmontar y justificar posteriormente el cambio del uso del suelo con el fin de habilitar la urbanización de zonas naturales”, dice Argañaraz.
La principal causa de los incendios es la actividad humana.
Los incendios que tienen un origen natural, en cambio, están asociados “a la caída de un rayo». Pero en ese caso, aclaró el especialista, «siempre se da en un contexto de formación de tormenta” y como generalmente esto ocurre en condiciones de mayor humedad, “es más difícil que el fuego se propague”. Sí, el clima juega un juega un rol clave y preocupante por otro lado una vez que se desatan incendios intencionales o por impericia humana: hoy Córdoba lleva casi cinco meses sin precipitaciones de consideración y la sequía aumenta. A eso, se suman las los fuertes vientos, que expanden las llamas y dificultan la logística de los aviones hidrantes.
“Las condiciones de baja humedad, incremento de la temperatura, días con mucho viento . En general, es en agosto cuando confluyen las máximas condiciones de incendio porque el invierno con sus heladas dejó combustible fino que se enciende y se extiende con mucha facilidad. El mayor problema es la chispa inicial, que es humana, sea en forma deliberada o accidental”, agrega el biólogo Federico Kopta, del Foro Ambiental Córdoba.
Los investigadores coinciden en subrayar que, usualmente, los incendios llegan al borde de los bosques bien conservados, lo que ratifica la importancia de que estos existan. Esto se debe a que presentan una estructura de material muerto en el suelo y troncos gruesos y copas altas y no hay continuidad vertical, por lo que el bosque es más resistente a quemarse. Sin embargo, Córdoba también es una de las provincias que más bosques nativos perdieron. Hoy, solo cuenta con el 3 por ciento de los que tenía originalmente.