Con materiales reciclados y energía solar producen agua caliente en barrios periféricos
La organización Sumando Energías, instala calefones solares en zonas humildes, principalmente del conurbano y la provincia de Buenos Aires. En Córdoba, otra ONG replicó la idea.
Sumando Energías representa una respuesta para los siempre postergados barrios marginales. Fundado a principios de 2014 y liderado por el ingeniero Pablo Castaño, el propósito de este proyecto es satisfacer necesidades básicas en barrios precarios a partir del reciclaje de residuos y el uso “casero” de energías renovables.
Desarrollado principalmente en zonas del conurbano bonaerense y la provincia de Buenos Aires en general, Sumando Energías se dedica a instalar lo que llaman “plug-ins sociales”. En otras palabras: calefones solares que, diseñados con materiales reciclables –como botellas y cartón– permiten calentar unos 70 litros de agua a partir del efecto de termosifón.
“Somos un grupo de gente apasionada por la tecnología y las energías renovables que pretende promover sus conocimientos para mejorar la calidad de vida de las familias que más lo necesitan y que menos pueden adquirirlas. No lo pensamos a nivel empresarial sino a nivel humano”, describe Cataño, que se recibió de Ingeniero Industrial en la UADE y fue parte de Un Techo para mi País, una ONG que también colabora activamente con Sumando Energías.
Ser parte del cambio
Con las energías sustentables como estandarte, Sumando Energías fusiona la defensa del medio ambiente con el compromiso social de ayudar a cambiar la realidad de las familias más desfavorecidas. La de nenes que no pueden darse un baño de agua tibia, hogares en donde los platos de comida no siempre están llenos y padres sin acceso a un trabajo digno.
Al respecto, Castaño explica que “es fundamental entablar una relación directa con los vecinos beneficiarios, para capacitarlos y que ellos mismos colaboren y se reconozcan como parte de su propio progreso”.
La iniciativa surgió como una adaptación Argentina de un emprendimiento que años atrás se popularizó en Brasil. Entusiasmado también con poder mejorar el porvenir de los barrios pobres en el gigante sudamericano, durante 2002 el mecánico brasileño José Alano construyó un calentador de agua solar reciclando 100 botellas de plástico y 100 cartones de leche. En la actualidad, son más de 10 mil personas del Estado de Santa Catarina las que se beneficiaron con el uso de los calentadores, producidos e instalados por dos cooperativas del territorio (en Tubarão y Florianópolis).
“No se necesita tener conexiones de electricidad ni gas, por lo que significa un gran avance para las familias enteras que sufren el abandono y la falta de derechos”, remarca Cataño.
La sede central de la organización se encuentra en Garín, localidad en donde se realizaron las primeras instalaciones y el proyecto logró ganarse el corazón de dos barrios con un alto grado de vulnerabilidad: Campo del Ruso y La Tablita.
“Los calefones solares me cambiaron la vida completamente. Para mis hijos es una satisfacción enorme. Somos muy agradecidos, aún no lo podemos creer”, cuenta Sebastián, uno de los tantos vecinos que logró construir el sistema de acceso al agua caliente en su casa en Campo del Ruso, donde no hay conexión de gas.
Gracias a la gran recepción que tuvo desde un principio, Sumando Energías pudo expandirse y hoy abarca barrios periféricos de otras ciudades, como Pilar y La Plata. Incluso, ha llegado a villas de emergencia de las provincias de Salta y Misiones. Hasta el momento, se instalaron más de cien calefones solares con sus correspondientes duchas.
Un modelo colaborativo y solidario
“No me imaginaba como la basura se puede transformar en algo tan práctico como una ducha solar”, dice Cristian Contreras, estudiante de la carrera de Arquitectura y parte del plantel de colaboradores habituales.
Sumando Energías realiza actividades de capacitación para futuros voluntarios cada dos fines de semana. Además de activistas relacionados al medio ambiente y a las problemáticas sociales, entre los voluntarios suele haber muchos estudiantes de arquitectura e ingeniería orientados a la construcción sustentable. Algunos han participado hasta más de cuarenta veces.
“No fue hasta que participé que tomé real dimensión de cómo podemos aprovecharla la basura que generamos.”, sostiene por su parte la ingeniera industrial Rita Carbó, que al igual que Contreras participa activamente.
Además de garantizar acceso a uno de los recursos básicos más importantes, la otra ventaja que aporta Sumando Energías al medioambiente es que genera una recolección sistemática de los desechos. Según Castaño, “con este programa se practica un reciclado de botellas de plástico y cartón. Eso representa un gran avance sanitario en los barrios ya que, ante la ausencia de recolectores, la basura casi siempre termina siendo quemada”.
Pero los proyectos de la organización no terminan en la instalación de los calefones solares. También se implementaron otras tecnologías, como la instalación de cocinas solares, biodigestores para el tratamiento de aguas grises y composteras (contenedores de desechos orgánicos).
“Esto ayuda a mitigar el problema que genera la ausencia de servicios de recolección de residuos en los barrios y sistemas de recolección de agua de lluvia”, señala Castaño.
Más allá de que la mayoría de todas estas propuestas son relativamente nuevas, algunas ya han tenido un avance significativo. Principalmente, la colocación de los inodoros con biodigestores.
“Funciona todo perfecto. Pensábamos que nunca íbamos a tener un baño así. Estamos muy contentos”, agradece Marcela, quien, además de contar con el calefón solar, fue de las primeras personas que tuvo en su casa el inodoro.
Una idea que se expande
El particular proyecto que Sumando Energías inició hace más de cuatro años se ha empezado a replicar en otras partes del país. Un ejemplo se encuentra en Córdoba, donde un grupo de voluntarios fundó Creando Energía.
Francisco Furey, Manuel Quiroga, Ramiro Angeli y Pablo Giménez son cuatro jóvenes que se dedican al asesoramiento, venta e instalación de equipos fotovoltaicos y térmicos en la capital cordobesa.
“Todo comenzó cuando vimos lo que hacían los chicos de Sumando Energías de Buenos Aires, como no estaban en Córdoba fuimos a aprender con ellos y trasladar esos conocimientos a nuestra ciudad”, explica Furey.
Creando Energía empezó construyendo un equipo para 20 personas en el barrio “La cuetera”. Luego, sumó a familias de otras zonas periféricas y armó equipos en varios colegios (I.P.E.M. 338 e Instituto Juan Zorrilla de San Martín, entre otros) para donar a gente de la zona.
“El agua se mantiene caliente unas 24 horas, y la temperatura que alcanza varía según la época del año. En invierno llega a temperaturas de aproximadamente 55º y en verano alcanza fácilmente los 85º”, detalla.
Desde el año pasado, esta organización también sumó talleres colectivos para construir termotanques solares con materiales reciclados para aquellos hogares y comedores de barrio que no cuentan con acceso al agua caliente.
“Ahora estamos trabajando con una comunidad peruana en el barrio “Los artesanos”, al frente de la planta de FIAT, donde hicimos el primer termotanque para la copa de leche y ya tenemos fecha para el próximo que será donado a una madre y sus 4 hijos que no tienen acceso al agua caliente sanitaria”, concluye Furey.
Fuentes:
- Foro Ambiental
- «Creando Energía», un proyecto con impacto social y ambiental / www.cba24n.com.ar