Bolsonaro niega el aumento de la deforestación en la Amazonia: «Los datos son mentira»
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no solo es un escéptico del cambio climático sino que también niega la alarmante deforestación que vive la Amazonia. La pérdida ilegal de árboles en la parte brasileña de la mayor selva tropical del mundo alcanzó las 19 hectáreas por hora, según el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE). Sin embargo, el mandatario rechazó los datos oficiales y advirtió que llamará al director del organismo porque cree que “está trabajando para una ONG”.
“Estoy convencido de que los datos son mentira. La Amazonia es de Brasil, no de ustedes”, desafió Bolsonaro en una rueda de prensa con medios extranjeros, la primera que dio desde que asumió el poder en enero pasado, donde además dijo que en su país se acabó “la psicosis ambiental”.
Brasil es el hogar de más de la mitad de la biodiversidad del planeta y los científicos consideran que la protección de la Amazonia es esencial para la lucha contra el cambio climático. Las estimativas del INPE indicaron que su deforestación ilegal durante junio creció un 88,4 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior. Gran parte de esta situación es atribuida a la retórica anti–ambientalista de Bolsonaro y sus políticas a favor del desarrollo de actividades extractivas, como la minería, la industria maderera y la agricultura intensiva.
De acuerdo a Bolsonaro, los ambientalistas y el periodismo lo han demonizado. “Entiendo perfectamente la imagen envenenada que se tiene fuera de Brasil”, abundó y apuntó: «Nosotros preservamos más que nadie. Voy a llamar al presidente del INPE a Brasilia para que me aclare esos datos, porque puede que esté al servicio de una ONG».
Considerado “el pulmón del planeta”, la Amazonia se encuentra en un estado crítico. Otro estudio impulsado en marzo por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) de Brasil y el Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon) indicó que enormes cantidades de agua dulce superficial se pierden cada año en la selva tropical por la intervención humana, especialmente por la deforestación.
Los investigadores aseguran que su estudio en Brasil “ilustra que las políticas actuales de uso de la tierra pueden afectar al clima local futuro” y agregan que “la forestación tiene el potencial de revertir los impactos de la deforestación en el clima local, especialmente en las regiones tropicales y templadas”.
En los primeros días de julio, más de 1.000 kilómetros cuadrados fueron talados en la selva, según datos satelitales preliminares del INPE de Brasil. La deforestación es la más alta registrada en un mes calendario desde agosto del 2016 y sigue a los fuertes incrementos interanuales en mayo y junio.
“Se genera una alarma exagerada cuando se desforesta una pequeña proporción de la selva amazónica para fines económicos. Un 80 %» está preservada por los propios propietarios”, indicó frente a la prensa internacional.
Durante su campaña para presidente, Bolsonaro había anunciado que eliminaría el Ministerio de Medio Ambiente y, emulando a su par estadounidense Donald Trump, sacaría a su país del Acuerdo de París. Pese a que finalmente incumplió ambas promesas, logró que su país no organice la Cumbre del Clima de 2019 (COP25), puso al frente de la cartera ambiental a Ricardo Salles, “un ministro anti–medio ambiente” y ha debilitado notablemente los programas de protección de los bosques tropicales, los indígenas, la biodiversidad y la fiscalización de los recursos naturales.
Fuentes:
– Foro Ambiental
– El País
– Infobae