El agronegocio: una de las causas del aumento del hambre en América Latina

Cada vez hay más hambre en América Latina. En su último informe, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló que 42 millones de personas sufren la escasez generalizada de alimentos básicos. La cifra, correspondiente al 2016, representa un aumento del seis por ciento con respecto a los datos del 2015.

 

De acuerdo al trabajo, que se tituló “Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe” y contó también con la participación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la principal causa no está asociada a la falta de alimentos (como afirman las grandes compañías del agro) sino al acceso a ellos.

“La principal causa del hambre tiene que ver con el acceso. Hay suficientes alimentos disponibles, pero las familias pobres carecen de recursos para comprar o producir los alimentos que necesitan”, afirmó el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

En Sudamérica la falta de acceso a la alimentación afectó en 2016, al 5,6 por ciento de la población (11,6 millones de personas). En el Caribe al 17,7 por ciento. Brasil, Cuba y Uruguay presentan una “prevalencia de subalimentación” inferior al 2,5 por ciento; mientras que Argentina, Barbados, Chile, México y Trinidad y Tobago están cerca del 5 por ciento. En cuanto a menores de 5 años, el 11 por ciento de los niños sufre desnutrición crónica.

“Si esta tendencia no se modifica, América Latina y el Caribe no cumplirán con la meta de erradicar el hambre y la malnutrición en 2030”, alertó el documento del organismo internacional.

El informe, por otra parte, también resaltó que el sobrepeso y la obesidad afectan a todos los grupos de edad en hombres y mujeres, y constituye un problema de salud pública en todos los países de la región. El 7,4 por ciento (2,5 millones) de los niños menores de 5 años en Sudamérica sufre de sobrepeso y obesidad. El informe destaca que “el consumo de productos ultra-procesados está directamente relacionado con el incremento del sobrepeso y obesidad”.

“No podemos tolerar los niveles actuales de hambre y la obesidad, ya que paralizarán a toda una generación de latinoamericanos y caribeños”, advirtió el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.

Aunque la FAO siempre ha mantenido una posición permisiva sobre la agricultura industrial (de hecho, ha llegado a fomentar el avance transgénico y de corporaciones del agro), desde hace dos años comenzó a cuestionar públicamente al modelo reinante.

“Es necesario cambiar la forma en que se producen los alimentos”, sostuvo Graziano da Silva, quien además resaltó la necesidad de “crear conexiones positivas entre los alimentos, la agricultura y el medio ambiente”.

En mayo pasado, en Bruselas, el director de la FAO afirmó que la agricultura industrial “contribuye a acelerar la deforestación, agravar la escasez de agua, el agotamiento del suelo y el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero”. Llamó a transformar los actuales sistemas de alimentación y de agricultura, reduciendo el uso de agrotóxicos, y con mayor apoyo a los pequeños agricultores.

Cambiar el modelo

Desde su creación, hace 24 años, la Vía Campesina ha denunciado que el aumento del hambre se debe al agronegocio, cuyas bases son los agroquímicos y transgénicos. Sus posicionamientos siempre remarcaron que este problema no se debe a una falta de comida o producción, sino a la injusta distribución de los alimentos, agravadas por el modelo en manos de pocas empresas.

En su VI Conferencia, realizada en Yakarta (Indonesia), la organización instó a los gobiernos y organismos internacionales a que garanticen la alimentación de todos los seres humanos, que se apliquen políticas de distribución de tierras y que promuevan un modelo de alimentos sanos, sin transgénicos ni agrotóxicos e impedir el control privado y extranjero de los recursos naturales.

“Hoy existen más personas en el mundo padeciendo hambre que en cualquier otro momento de la historia. A su vez, el Banco Mundial recomienda cada vez más programas asistencialistas, compensatorios, focalizados, productivistas, privatizadores y de liberalización de mercado. Y cada vez más los gobiernos, muchas veces hermanados con el sector privado nacional y transnacional, se esfuerzan por implementar estos programas. El resultado ha sido más hambre y más pobreza en el campo y en la ciudad”, destacaron los activistas durante el encuentro.

Fuente: Foro Ambiental