7 de julio: Día nacional de la conservación del suelo

El día 7 de julio se conmemoró la festividad nacional de la preservación del suelo, establecida en 1963 por el Gobierno de la Nación Argentina en honor al Dr. Hugh H. Bennett, quien fue un precursor y símbolo en esta disciplina.
Hugh Hammond Bennet fue un científico estadounidense que dedicó sus esfuerzos incansables a la preservación del valioso recurso natural conocido como suelo, el cual desempeña un papel vital en la producción agropecuaria. Su labor como investigador y profesor fue fundamental durante la difícil década de los años 30, un período marcado por devastadoras tormentas conocidas como ventiscas negras, que azotaron la región central de Estados Unidos. Estas tormentas de polvo convirtieron los días en noches y transformaron millones de hectáreas de tierras fértiles en desiertos, causando la pérdida de más de 800 millones de toneladas de suelo. En aquel momento, Bennet advirtió: «Muchos asumen que fue un desastre natural, atribuyendo este fenómeno a una sequía prolongada y vientos huracanados. Sin embargo, la catástrofe que cambió el paisaje de Estados Unidos, conocida como la ‘Cuenca de Polvo’ o ‘Tormenta negra’, fue en realidad provocada por la actividad humana».

La importancia de la materia orgánica del suelo (MO) es de vital relevancia debido a una serie de beneficios que trascienden la simple provisión de nutrientes.

Aquí se resumen las principales funciones:

  1. Actúa como la principal reserva de nutrientes esenciales para los cultivos, incluyendo nitrógeno, fósforo, azufre y micronutrientes.
  2. Mejora la estructura del suelo al facilitar la formación de agregados, lo cual incrementa la infiltración de agua, el almacenamiento y la aireación, reduciendo así los efectos negativos de la compactación, encharcamiento, erosión hídrica y erosión eólica.
  3. Constituye la fuente primaria de energía, en forma de una mezcla heterogénea de moléculas de carbono reducido, para los organismos heterótrofos, que son los más numerosos en el suelo. Sin la materia orgánica, la actividad bioquímica se detendría.
  4. Actúa como un «aglutinante» de las partículas minerales, lo cual facilita las labores agrícolas.
  5. Reduce el impacto ambiental de los pesticidas y otros contaminantes. Cuando los pesticidas ingresan al suelo, una parte es degradada por los microorganismos, mientras que otra se adhiere a los coloides orgánicos e inorgánicos presentes en el suelo (materia orgánica y arcilla).
  6. Recientemente, se ha prestado una atención adicional a la materia orgánica debido a su capacidad para secuestrar carbono, reduciendo así las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y contribuyendo a mitigar los efectos del cambio climático.

El suelo en la Argentina:

Este recurso experimenta un deterioro gradual debido a la erosión, la deforestación, el uso indiscriminado del fuego, el exceso de pastoreo, las prácticas agrícolas inapropiadas, la falta de rotación de cultivos y la expansión de las áreas destinadas a la agricultura, entre otras actividades.

En nuestro país actualmente se reconoce que alrededor de 60 millones de hectáreas se encuentran afectadas en diversos niveles por la erosión causada por el agua o el viento. La erosión eólica se manifiesta predominantemente en zonas áridas y semiáridas, como la Patagonia y la Región Pampeana Semiárida, mientras que la erosión hídrica afecta principalmente a las áreas de mayor humedad, como la Región Pampeana Húmeda y la Mesopotamia (noreste del país).

El suelo es el sustento esencial para la vida, el desarrollo y la producción, y es nuestro deber protegerlo, promoviendo acciones que tengan un impacto positivo en su conservación, como la implementación de buenas prácticas agrícolas. El suelo es un recurso que debemos preservar, ya que será el legado que dejaremos a las futuras generaciones.